El encuentro dominical parecía dar un respiro a los Leones cuando en la quinta entrada lograron darle la vuelta al marcador 2-1. Sin embargo, un batazo para doble matanza de Henry Ramos y un out más de Yangervis Solarte diluyeron la oportunidad de ampliar la ventaja. Fue en el cierre de ese mismo episodio cuando Oaxaca capitalizó cada error y terminó castigando con fuerza.
Con dos outs y las bases llenas, el mánager Oswaldo Morejón decidió remover a Tommy Doyle, quien había tenido una apertura aceptable, y trajo al derecho Ronnie Williams para enfrentar al zurdo Abraham Almonte. La decisión fue costosa: Almonte conectó un imparable grand slam que envió la pelota al jardín central, volteando por completo el encuentro. Muchos se preguntaron por qué no se usó a un lanzador zurdo ante ese duelo clave.
La tónica de la temporada se repitió: mientras los rivales castigan a la hora buena, los Leones fallan en el momento decisivo. En la sexta, los Guerreros sumaron una más, mientras que Yucatán solo reaccionó en la novena entrada con un sencillo productor de Norberto Obeso y un cuadrangular de Leury García, que maquillaron el marcador, pero no evitaron la derrota.
Se agota el tiempo para reaccionar: ¿Leones puede llegar al playoff?
En la última entrada, los Leones aún tuvieron una oportunidad. Sencillos consecutivos de Wilmer Difó y Henry Ramos encendieron las esperanzas, pero un rodado de Solarte forzó un out en tercera, y Art Charles fue ponchado para poner punto final al desastre. La imagen de frustración y resignación fue evidente en el dugout.
A estas alturas, Yucatán necesita más que una buena racha: requiere una combinación de resultados favorables, inspiración ofensiva y un bullpen más sólido. Con el calendario en contra y la presión de su afición, el equipo tendrá que cambiar radicalmente su actitud para aspirar a colarse a la postemporada.
Los Leones regresan al Parque Kukulcán de Mérida este martes 29 de julio, donde enfrentarán a El Águila de Veracruz en una serie que podría definir el futuro inmediato del club. El margen de error es mínimo y cualquier nuevo descalabro podría sellar oficialmente su eliminación.