CULTURA YUCATECA

Dormir en hamaca: tradición y bienestar al estilo yucateco

En muchos pueblos yucatecos es común ver a familias completas urdiendo hamacas, una actividad que además de preservar el patrimonio cultural

ESTILO DE VIDA

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Detrás de cada hamaca hay una historia de tradición y trabajo artesanalCréditos: Especial

En Yucatán, dormir en hamaca no es solo una costumbre, es una forma de vida. En la mayoría de los hogares, sin importar el nivel socioeconómico, siempre hay una o más hamacas colgadas, listas para usarse en cualquier momento del día. Desde la infancia hasta la vejez, los yucatecos han hecho de este elemento artesanal un símbolo de identidad, descanso y comodidad.

Lo que muchos no saben es que más allá del arraigo cultural, dormir en hamaca también trae consigo múltiples beneficios para la salud física y emocional.

Esta práctica ancestral, que se remonta a las culturas originarias del sureste mexicano, ha perdurado por generaciones gracias a sus ventajas en climas cálidos y su efecto positivo en el cuerpo humano.

Frescura, funcionalidad y descanso profundo

Uno de los principales motivos por los que dormir en hamaca es tan popular en la región es el clima. En una tierra donde el calor predomina casi todo el año, este tipo de cama permite que el aire circule libremente alrededor del cuerpo, ayudando a mantener una temperatura fresca durante la noche. Incluso con aire acondicionado disponible, muchas personas prefieren la sensación natural que proporciona la hamaca.

Además, su diseño práctico la hace ideal para espacios reducidos. A diferencia de una cama convencional, la hamaca puede recogerse fácilmente durante el día, liberando espacio en habitaciones pequeñas o departamentos. Esto la convierte en una opción inteligente para quienes viven en casas modestas o desean aprovechar mejor su hogar.

Y si se trata de disfrutar una siesta al aire libre, colgar una hamaca en el jardín o en el patio es una invitación a dejarse mecer por la brisa, otro placer cotidiano muy valorado por los yucatecos.

Beneficios terapéuticos: más allá del confort

Más allá de la frescura y practicidad, dormir en hamaca también tiene efectos positivos comprobados en la salud. Al no tener una superficie rígida, el cuerpo se acomoda de forma natural, distribuyendo el peso uniformemente. Esto ayuda a reducir los puntos de presión, relaja los músculos y puede aliviar dolores de espalda o tensión acumulada.

Investigaciones científicas también han revelado que el movimiento suave y rítmico de la hamaca favorece las fases más profundas del sueño. Esto significa que quienes duermen en hamaca tienden a descansar mejor, despertando con más energía y mejor estado de ánimo.

Este efecto oscilatorio incluso tiene beneficios para el sistema nervioso, ya que imita la sensación de ser mecido en brazos, generando una respuesta calmante. Por esta razón, algunas instituciones médicas han incorporado hamacas en unidades neonatales para favorecer el descanso de bebés en incubadoras.

El arte de hacer hamacas en Yucatán

Detrás de cada hamaca hay una historia de tradición y trabajo artesanal. En muchos pueblos yucatecos es común ver a familias completas urdiendo hamacas, una actividad que además de preservar el patrimonio cultural, representa una fuente de ingresos para muchas comunidades.

El municipio de Tixkokob, ubicado a menos de 30 kilómetros de Mérida, es reconocido como el principal productor de hamacas en el estado. Allí, el oficio se transmite de generación en generación y los artesanos elaboran piezas de altísima calidad, utilizando diversos materiales y técnicas, desde algodón hasta hilos de nailon.

Ya sea para descansar, dormir o simplemente relajarse, las hamacas yucatecas siguen siendo una joya del diseño tradicional que conjuga funcionalidad, estética y bienestar.

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