La escritura terapéutica utiliza la palabra escrita como una herramienta para procesar emociones, sanar heridas del pasado y promover el autoconocimiento.
A través del lenguaje escrito, las personas pueden explorar sus pensamientos y sentimientos de manera segura y sin juicio, pues “poner las experiencias en palabras ayuda a darles sentido, liberar emociones reprimidas y reducir el estrés”.
La escritora Carmen Barrera Rosado detalla que la escritura terapéutica “propone ejercicios variados con el fin de que cada participante se aproxime mejor a su propia herida y se ayude a sanarla”.
Carmen Barrera Rosado, Cabaro, imparte talleres de escritura terapéutica o terapia narrativa para que sus participantes entren en un proceso de sanación y entendimiento del ser.
Carmen inició la impartición de talleres por vía virtual, en tiempo de pandemia. Actualmente algunos talleres son presenciales, pero elige mantener el aula virtual porque puede trabajar con personas de varias partes de la república e incluso de Brasil y España.
El proceso de Cabaro tiene origen en su propia experiencia, porque empezó “a escribir a partir de síntomas corporales; médicamente me dijeron que no había nada, pero en la escritura encuentro el sitio perfecto para manifestar lo que necesito entender”.
Después de esto, comenzó a profundizar en la escritura como una forma de entender su propio proceso y a publicar sus escritos en redes sociales. “La gente empezó a enviarme mensajes de que se reflejaban en mis palabras, gente que me decía que no podía expresar cómo se sentía hasta que me leyó. Me di cuenta de que las personas podían ampliar el entendimiento de su sentir por la escritura.”
El sentir, dice Cabaro, es un conjunto de palabras articuladas: encuentro alivio porque puedo poner en palabras cómo me siento.
Carmen empieza los talleres con ejercicios de introspección, de reflexión, un “acto en el que se genera la escritura”. Admite que “no es un proceso rápido”, porque, al principio, la gente se percibe como “claridad y hay resistencia al sentir o pensar que también son oscuridad”. Los ejercicios están encaminados a abrir “los accesos mediante la escritura, como una llave mágica para manifestar lo que vamos entendiendo”.
Carmen admite que, en nuestras historias de vida a veces omitimos información por pena o dolor, pero “cuando te sientas y te escribes, te das cuenta de que la historia era otra”
El primer acercamiento, detalla Cabaro, es que “la persona se identifique con un objeto y me hable de ese objeto, pero no solo me va a hablar del objeto, sino de lo que le llevó a elegirlo” y a través de esas palabras comienza un proceso de reconocimiento y entendimiento del ser. “Vamos más allá de lo que se ve, el escritor es observador, describe detalles; mientras más detalles te pido, más exigencia tienes para ir al profundo”
Para Carmen, “somos más que un cuerpo físico, tangible, habita en nosotros la complejidad” y cada persona que ha asistido a sus 40 talleres lo ha comprobado.
Además, Carmen tiene asesorías personalizadas para “quienes llevan tiempo escribiendo y van a la reedición y se cuestionan por qué y para qué lo escribieron”
Carmen Barrera tiene dos libros publicados, Somos historias y Diálogos en silencio, y está convencida de que “el ser humano necesita conocer la narrativa de su vida, necesita reconocer su historia y que surja de un acto interno”.
Próximamente, Carmen Barrera Rosado impartirá una conferencia magistral en la FILEY sobre proceso de sanación y duelo.