Durante esta temporada de calor extremo en Yucatán, la presencia de alacranes se ha vuelto más frecuente tanto en áreas rurales como urbanas. Las elevadas temperaturas, que han superado los 40?°C, han provocado que estos arácnidos salgan de sus refugios en busca de alimento y condiciones adecuadas para su reproducción. De acuerdo con especialistas, su actividad incrementa especialmente entre los meses de marzo y julio.
El biólogo Julián Espinoza explicó para medios locales que este fenómeno es común en épocas calurosas, ya que el clima cálido estimula el desplazamiento y reproducción de los alacranes. En particular, la especie más común en la región es el llamado “alacrán yucateco” o “alacrán güero”, que es endémico de la Península y no representa una amenaza grave para la salud humana.
A diferencia de especies más venenosas que habitan en el norte del país, el alacrán de Yucatán tiene un veneno de baja toxicidad. Sus picaduras solo causan síntomas leves como dolor, inflamación y entumecimiento. No obstante, se recomienda precaución, sobre todo en hogares con niños o personas alérgicas.
¿Qué tipos de alacranes hay en Yucatán?
En el estado se han identificado al menos cuatro especies, entre ellas el Centruroides ochraceus, Centruroides gracilis y dos especies del género Diplocentrus. Ninguna representa un peligro mortal, pero su presencia sí puede generar molestias en viviendas y patios.
¿Qué hacer si encuentras un alacrán?
El especialista recomienda no matarlos, ya que forman parte del ecosistema local. Lo mejor es retirarlos con ayuda de una escoba y recogedor, y liberarlos en zonas alejadas de las viviendas, como áreas verdes o montes. Mantener los hogares limpios y revisar rincones oscuros y húmedos también puede ayudar a prevenir encuentros indeseados.