En Yucatán, la llegada del verano no solo se siente en el aumento de temperatura, sino también en el regreso de uno de sus sabores más emblemáticos: la huaya. Esta fruta tropical, conocida también como mamoncillo o guaya, es una de las más esperadas del año por su sabor agridulce, su frescura y su fuerte arraigo en la cultura popular del sureste mexicano.
Consumida desde generaciones pasadas y hasta la actualidad, la huaya es parte esencial de la identidad yucateca. Su venta en calles, mercados y esquinas se convierte en una estampa tradicional de los meses de calor, donde grandes y chicos la disfrutan como botana refrescante, acompañada de sal, chile y limón.
Más allá de su sabor, la huaya es también un tesoro nutricional que ha sido aprovechado en la gastronomía, la medicina tradicional y como parte de la vida diaria. Con una temporada que va de mayo a agosto, es considerada un símbolo del verano y un reflejo del vínculo entre naturaleza y cultura en Yucatán.
Temporada de huaya en Yucatán: cuándo disfrutar esta fruta tropical
La temporada de huaya en Yucatán inicia a finales de mayo y se prolonga hasta agosto, coincidiendo con la época más calurosa del año. Durante estos meses, los árboles silvestres que crecen en Yucatán, Campeche y Quintana Roo se llenan de racimos verdes que anuncian el regreso de esta fruta popular.
Su pulpa jugosa y refrescante, ideal para consumirse al natural o con limón, sal y chile, se ha convertido en un símbolo de la vida cotidiana en el verano yucateco. Su fácil acceso y precio asequible hacen que esté presente en puestos callejeros, tianguis y reuniones familiares, fortaleciendo el sentido comunitario y la identidad local.
Además de su consumo directo, la huaya se utiliza en aguas frescas, conservas y hasta cervezas artesanales, mostrando su versatilidad en la cocina regional. Es, sin duda, una de las frutas que mejor representan la biodiversidad del sureste mexicano.
Propiedades y beneficios de la huaya: mucho más que sabor
La huaya no solo es sabrosa, también es altamente nutritiva. Contiene vitaminas A, C, B1, B3, B6 y B12, así como minerales esenciales como hierro, potasio y fósforo. Su contenido de agua del 85% la convierte en una aliada para la hidratación en temporada de calor, y sus propiedades antioxidantes la hacen útil para fortalecer el sistema inmunológico.
En la medicina tradicional, se le atribuyen efectos digestivos, desparasitantes y calmantes, además de usarse en infusiones para tratar infecciones respiratorias o estrés. Incluso sus semillas pueden ser tostadas y consumidas como botana.
El consumo de huaya forma parte del patrimonio cultural y alimenticio de Yucatán, transmitido de generación en generación. Más allá de ser un simple antojo de temporada, es una manifestación viva del vínculo entre la gente y la tierra, reafirmando su lugar como uno de los frutos más queridos del sureste mexicano.