Yucatán pierde manglares en forma acelerada; el estado tiene alrededor de 100 mil hectáreas de manglar y un tercio de esa extensión está degradado.
Es una degradación “hormiga” del manglar, que pareciera que no es importante, pero sí es muy considerable, de acuerdo con datos del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) Mérida, del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
Las principales zonas impactadas son Dzilam de Bravo, Celestún y de Sisal hasta Progreso.
El mangle se ve amenazado principalmente por la construcción de desarrollos inmobiliarios, hoteles, carreteras, la tala ilegal, entre otras cosas. En toda la costa del estado, estiman investigadores del Cinvestav, se han perdido hasta 30 mil hectáreas de mangle por estas prácticas.
El 16 de julio del 2021 inició el proyecto Restauración ecológica de manglares de la costa norte de Yucatán, Región Dzilam de Bravo -impulsado por Pronatura Península de Yucatán A.C. (PPY), el Cinvestav y un grupo de pobladores de la comunidad conocidos como Los Restauradores de Dzilam de Bravo- con el objetivo de reforestar cientos de hectáreas para recuperar este ecosistema de vital importancia para la costa.
A pesar de estos esfuerzos, este ecosistema marino sigue en peligro, debido a lo que llaman degradación “hormiga” por deforestación, rellenos de materiales de construcción, venta irregulares de predios en la costa.
Además, existen zonas críticas donde no se está haciendo mucho para controlar este problema.
Las zonas son Dzilam de Bravo y Celestún, áreas donde hay más manglar y también más tala ilegal, añadió.
Los métodos de pesca también impactan los manglares. Mucha gente pesca pulpo con un método tradicional conocido como “jimbas”, que son unas varas de manglar blanco. Para obtener las varas, hay deforestación, y no existe regulación que permita pasar al manejo sustentable, con el fin de no prohibir ni meter a gente a la cárcel.
La construcción de viviendas contribuye a la destrucción del mangle, pues algunas personas talan el manglar para construir inmuebles sin que las autoridades intervengan.
En otros casos, rellenan los cuerpos de agua que albergan los manglares para hacer caminos o carreteras, sin dejar pasos de agua. Cortar la corriente impacta el mangle.
Ambientalistas sugieren que los desarrolladores podrían adoptar una hectárea de mangle para restaurarla, lo que precisa una inversión entre 30 y 40 mil pesos al año.
Existen varios tipos de mangle:
- Los de agua marina, como las praderas de pastos marinos.
- Los de agua más salada, incluso muy salina como los manglares, y
- Los humedales interiores, que llamamos las selvas inundables, incluso ciénagas.
¿Por qué son importantes los manglares en Yucatán?
Los manglares protegen a las personas, sus bienes y hasta sus inversiones contra los tsunamis y huracanes.
En Yucatán no hay tsunamis, pero sí ciclones y huracanes. Los manglares de Sisal y Celestún recibieron el impacto directo del superhuracán Milton en 2024.
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