Cuando se piensa en la costa de Yucatán, es común que vengan a la mente destinos como Progreso, Celestún o Sisal, sitios con buena infraestructura turística y fácil acceso desde Mérida. Sin embargo, el litoral yucateco es mucho más amplio y diverso de lo que parece a simple vista. Con más de 365 kilómetros de playa que se extienden desde el oriente hasta el poniente del estado, Yucatán esconde una serie de paraísos naturales poco conocidos que merecen ser descubiertos.
Estos rincones, alejados del turismo masivo y de las grandes construcciones, son verdaderos santuarios de tranquilidad y biodiversidad. Se trata de playas donde el tiempo parece detenerse, el mar conserva su color turquesa original, y la conexión con la naturaleza ocurre de forma genuina. En lugar de bares, hoteles y aglomeraciones, aquí encontrarás manglares, cabañas rústicas, flamencos en libertad y puestas de sol que transforman el paisaje.
Ya sea para una escapada de fin de semana, una aventura ecológica o simplemente para alejarte del ritmo acelerado de la ciudad, estas playas ofrecen una experiencia distinta y memorable. A continuación, te compartimos cinco joyas costeras de Yucatán que aún se mantienen fuera del radar turístico... pero que, sin duda, te conquistarán.
1. San Crisanto: atardeceres únicos y descanso total
Ubicada en la Costa Esmeralda, San Crisanto es una pequeña comunidad pesquera que se distingue por su tranquilidad y su entorno natural. Uno de sus atractivos más curiosos es el fenómeno que ocurre al atardecer, cuando el mar se retira más de 100 metros, dejando al descubierto una extensa planicie de arena. Puedes acampar, alojarte en cabañas tradicionales mayas y visitar el cercano cenote Bravo. Una opción ideal para escapar del bullicio y reconectar con la calma.
2. Playa Marmotas: naturaleza pura cerca de Chabihau
En el municipio de Yobaín, cerca del puerto de Chabihau, se encuentra Playa Marmotas, un sitio prácticamente desconocido. Su mezcla de mar abierto y manglares crea un ecosistema privilegiado. Aquí no hay vendedores ambulantes ni grandes construcciones, lo que convierte este lugar en un verdadero refugio ecológico para quienes buscan tranquilidad y contacto con la naturaleza.
3. Uaymitún: playa y flamencos a solo unos minutos de Mérida
A menos de una hora de la capital yucateca, las costas de Uaymitún ofrecen un ambiente relajado con playas vírgenes y la posibilidad de observar flamencos en libertad desde su ría. Su cercanía con Mérida y su baja afluencia turística la convierten en una escapada perfecta para quienes desean disfrutar de la biodiversidad sin alejarse demasiado.
4. Islote Cerritos: un paraíso para observadores de aves
Frente al puerto de San Felipe se localiza Islote Cerritos, un pequeño santuario natural accesible únicamente en lancha. Este islote es hogar de numerosas especies de aves, por lo que es especialmente atractivo para fotógrafos de naturaleza y amantes del avistamiento. Su aislamiento le ha permitido conservar un entorno prácticamente intacto.
5. Punta Holchit: naturaleza protegida en Ría Lagartos
Dentro de la Reserva de la Biosfera Ría Lagartos se encuentra Punta Holchit, una playa virgen con acceso controlado. Su difícil llegada es parte de su encanto, ya que protege su frágil ecosistema. Es un destino perfecto para quienes buscan una experiencia ecológica auténtica y respetuosa con el medio ambiente.