CULTURA YUCATECA

Yucatán también tiene manantiales: los espectaculares ojos de agua donde brota la vida

La experiencia de visitar uno de estos espacios es completamente distinta a la de los cenotes: aquí, el sonido de la naturaleza, la claridad del agua y la calma del entorno

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Los ojos de agua se originan por la presión de los acuíferos subterráneos, que al llegar a la superficie forman pozos naturalesCréditos: Especial

Cuando se piensa en Yucatán, inmediatamente vienen a la mente los famosos cenotes, las playas turquesa y las zonas arqueológicas mayas. Sin embargo, el estado también es hogar de un fenómeno natural poco conocido pero igual de sorprendente: los manantiales, conocidos localmente como ojos de agua. Estos nacimientos naturales de agua dulce emergen de forma espontánea del subsuelo, formando piscinas cristalinas que invitan a la contemplación, la exploración y el contacto directo con la naturaleza.

A diferencia de los cenotes, que se forman a partir del colapso de cavernas subterráneas, los ojos de agua son superficiales y, en muchos casos, abiertos. Algunos se encuentran en medio del monte y otros incluso brotan en el mar, como ocurre en Dzilam de Bravo, donde estos manantiales submarinos generan efectos visuales únicos.

La experiencia de visitar uno de estos espacios es completamente distinta a la de los cenotes: aquí, el sonido de la naturaleza, la claridad del agua y la calma del entorno crean una sensación de paz profunda.

¿Cómo se forman los ojos de agua en Yucatán?

Los ojos de agua se originan por la presión de los acuíferos subterráneos, que al llegar a la superficie forman pozos naturales. Este fenómeno es más común durante la temporada de lluvias (junio a octubre), cuando el nivel freático asciende y el exceso de agua encuentra salida a través de fisuras en el suelo calizo de la región.

En Yucatán se clasifican en tres tipos: permanentes, que fluyen todo el año; temporales, que solo brotan en ciertas épocas; e intermitentes, que aparecen y desaparecen según las condiciones climáticas.

Los ojos de agua más famosos de Yucatán

Entre los ojos de agua más destacados del estado se encuentran:

  • Ojo de agua del mar en Dzilam de Bravo: Un nacimiento submarino en alta mar que sorprende por la claridad del agua y la mezcla visual entre agua dulce y salada. Se puede llegar en lancha y es ideal para hacer snorkel.
  • Manantial de San Antonio Mulix: Ubicado cerca de los cenotes X’batún y Dzonbacal, este ojo de agua es uno de los más accesibles y bellos. Sus aguas frías y transparentes son perfectas para nadar.
  • Baldiosera en Celestún: Localizado en el corazón de la Reserva de la Biosfera Ría Celestún, este manantial está rodeado de manglares y es hábitat de aves endémicas. El sitio ofrece una experiencia única para quienes aman el ecoturismo.

Una alternativa natural y poco concurrida

Los ojos de agua en Yucatán son ideales para quienes buscan experiencias auténticas y menos turísticas. Además de su belleza escénica, estos lugares suelen estar rodeados de flora y fauna silvestre, lo que los convierte en santuarios ecológicos. Algunos son administrados por ejidos o comunidades locales que ofrecen recorridos guiados, renta de bicicletas y servicios básicos, fomentando así el turismo sostenible en la región.

  • Recomendaciones para visitar los ojos de agua
  • Lleva traje de baño, repelente natural y protector solar biodegradable.
  • Consulta previamente si se necesita guía o permiso para el acceso.
  • Respeta la flora, fauna y regulaciones locales para preservar el ecosistema.
  • Evita dejar basura y cuida las fuentes de agua.

Explorar los ojos de agua en Yucatán es sumergirse en una dimensión distinta del paisaje peninsular. Más allá de los cenotes y las ruinas mayas, estos manantiales ofrecen una conexión directa con la tierra y el agua, donde la vida brota literalmente del suelo.

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