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Pros y contras del cambio de horario en Yucatán

En Quintana Roo conserva desde 2015 la llamada hora del sureste (UTC-5), con el fin de aprovechar más luz solar para fomentar el turismo y reducir el consumo eléctrico

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Esta medida también busca alinear los horarios de operación de servicios turísticos y empresariales Créditos: Especial

Yucatán se encuentra nuevamente en medio del debate sobre un posible cambio de horario, una iniciativa que busca homologar su huso horario con el de Quintana Roo. La propuesta ha sido impulsada por la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y plantea adelantar una hora de manera permanente, algo que ha generado opiniones divididas entre autoridades, empresarios y ciudadanos.

Desde que se eliminó el horario de verano en México en octubre de 2022, Yucatán y Campeche regresaron al horario estándar del centro del país. Sin embargo, Quintana Roo conserva desde 2015 la llamada hora del sureste (UTC-5), con el fin de aprovechar más luz solar para fomentar el turismo y reducir el consumo eléctrico. La intención de igualar horarios responde ahora a una estrategia para fortalecer la eficiencia energética en la región.

Aunque la propuesta aún no es definitiva y requiere del aval del Congreso del Estado, así como la aprobación de la Secretaría de Energía, el tema ha cobrado fuerza ante el contexto de crisis energética que vive la península, especialmente durante los periodos de altas temperaturas.

¿En qué consiste la propuesta del nuevo horario para Yucatán?

La Comisión Federal de Electricidad ha sugerido que Yucatán adelante una hora su reloj de forma permanente, con el objetivo de extender la generación de energía solar en los parques instalados en la región. Actualmente, muchos de estos sistemas detienen su producción cerca de las 18:30 horas, mientras que con el nuevo horario podrían operar hasta después de las 19:30 horas, incrementando su eficiencia y reduciendo la demanda de otras fuentes de energía.

Esta medida también busca alinear los horarios de operación de servicios turísticos y empresariales con los de Quintana Roo, facilitando traslados, reservaciones, itinerarios de vuelos y atención al cliente. En un contexto donde el turismo y el comercio son pilares de la economía yucateca, esta unificación podría traer beneficios significativos.

¿Qué riesgos implicaría cambiar el horario en Yucatán?

No obstante, el adelanto de una hora también podría tener efectos negativos, principalmente en la salud y el bienestar de la población. Especialistas advierten que el desfase con la hora natural del amanecer impactaría los hábitos de sueño, sobre todo en niñas, niños y personas trabajadoras. Esto podría traducirse en baja productividad escolar, alteraciones del ciclo circadiano y problemas de seguridad durante las primeras horas del día.

Otro sector que podría verse afectado es el transporte público, al requerir ajustes logísticos en rutas y horarios, además del impacto en la vida cotidiana de miles de personas que dependen de este servicio.

¿Yucatán enfrenta una crisis energética?

La discusión sobre el cambio de horario en Yucatán se produce en un contexto de crisis energética, especialmente evidente durante los meses más calurosos del año. El gobernador del estado, Joaquín Díaz Mena, reconoció que esta situación es consecuencia de años de abandono en la infraestructura eléctrica, tanto en generación como en distribución y transmisión.

Sin embargo, se espera una mejora sustancial en los próximos meses. Durante una reciente visita de la directora general de la CFE, Emilia Calleja Alor, se anunció que con la entrada en operación de las nuevas Centrales de Ciclo Combinado Mérida y Valladolid, la capacidad de generación en Yucatán aumentará en un 38.2%, lo que podría llevar al estado a la autosuficiencia energética.

¿Qué sigue para esta propuesta?

Por ahora, el adelanto del horario en Yucatán sigue siendo una propuesta. Para hacerse realidad, debe pasar por un proceso legislativo en el Congreso del Estado y recibir el visto bueno de la Secretaría de Energía. Mientras tanto, el debate continúa entre quienes ven en este cambio una oportunidad de progreso económico y energético, y quienes alertan sobre sus implicaciones sociales y de salud.

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