Los juegos de azar van ligados a la actividad humana desde hace siglos y cada civilización ha tenido juegos y distintas formas de apuesta como entretenimiento.
Sí, también los antiguos mayas se divertían cruzando apuestas.
Por eso dejamos aquí tres de los juegos de azar más relevantes en la antigua cultura maya
Patolli
En Mesoamérica, el juego de azar por excelencia era el Patolli. Un tablero en forma de cruz se dibujaba sobre una estera o en los pisos de estuco. Todo funcionaba al azar y cruzaban muchas apuestas.
El Patolli era popular entre mayas y aztecas; se jugaba con fichas y frijoles que actuaban como dados. No es un juego específicamente maya, aunque se practicaba en la región maya. El juego tenía connotaciones religiosas y sociales, y se utilizaba para apuestas.
Se requería un tablero en forma de cruz, dividido en casillas, generalmente 52.
Se utilizaban fichas para avanzar por el tablero.
Se usaban frijoles como dados, lanzándolos para determinar el movimiento de las fichas. El objetivo era llevar las fichas hasta la meta, avanzando según el puntaje de los frijoles.
El patolli era un juego de apuestas, donde los jugadores apostaban bienes o incluso títulos y sirvientes.
Además de ser un juego de azar, el patolli tenía un significado religioso, relacionado con deidades, rituales y eventos calendáricos.
Si bien el patolli no es exclusivamente maya, se practicaba en la región maya y se considera un juego relevante en su cultura. El juego era una forma de entretenimiento, pero también tenía un componente ritual y social, conectando con la cosmovisión maya.
La pieza fundamental eran los dados, por lo que este juego no requería habilidad alguna, sino ponerse en manos de la suerte para determinar a quien resultara ganador.
Recientemente, descubrieron nueve tableros de patolli esgrafiados en obras del Tren Maya, en la zona arqueológica de Xpujil, Campeche. Estos hallazgos, que podrían tener más de mil años de antigüedad, demuestran la popularidad del juego en la región maya.
Pitz, Pok-ta-Pok o juego de pelota
El Pitz no es precisamente un juego de azar, sino un deporte en el cual había que utilizar codos, caderas y rodillas para golpear una pelota de caucho y cuero hasta hacerla pasar por uno de los aros de juego.
Se trata del primer deporte de equipo y era practicado en el primer milenio antes de Cristo. Fue especialmente popular entre los mayas. Aunque las reglas exactas no están claras, el juego lo practicaban dos equipos de dos a cuatro jugadores cada uno. El objetivo era mantener en movimiento una gran pelota de goma.
Los partidos se jugaban en grandes canchas de pelota con multitudes entusiastas que apostaban por el resultado y animaban a sus equipos favoritos.
Los jugadores de pelota que triunfaban eran celebridades en la sociedad maya, adorados por las mujeres y favorecidos por los dioses. En ocasiones, los juegos de pelota servían como sustituto de la guerra. En lugar de luchar en un campo de batalla, dos reyes se enfrentaban en un campo de pelota. También era una forma de que los nobles resolvieran sus conflictos.
El juego también tenía connotaciones religiosas y figura en los mitos de la creación de los mayas. Según una leyenda que a menudo se representaba en las paredes de los propios campos de pelota, dos gemelos, Hun Hunaphu y Xbalanque, hacían tanto ruido jugando a la pelota que los dioses del inframundo se molestaron y les retaron a un partido. El juego terminó con uno de los hermanos decapitado y su cabeza utilizada como pelota. De su tronco decapitado brotó sangre que fecundó la tierra.
Los juegos de pelota ordinarios hacían referencia a este mito, pero además se celebraban ocasionalmente juegos conmemorativos en los que se producían derramamientos de sangre y se sacrificaban seres humanos.
Sin embargo, los partidos ordinarios también podían ser bastante brutales. La gran pelota de goma rebotaba de forma imprevisible y podía golpear a los jugadores con efectos devastadores. Para protegerse utilizaban cinturones y cascos.
Todavía quedan muchos campos de pelota en Centroamérica. Sólo en la región de Chiapas hay unos 300, y hay un campo de pelota tan al norte como Arizona, en Estados Unidos.
El juego se sigue practicando en algunas partes de México. En la actualidad, las reglas son similares a las del voleibol, pero se juega sin red.
Bul o Buul
Un tercer juego de azar muy popular era el Bul o Buul, que está estrechamente relacionado con este Patolli.
Stewart Culin, etnólogo y conservador del Instituto de Artes y Ciencias del Brooklyn Museum, incluye el Bul (también llamado Buul, Boo-ik o Puluc) tal y como lo observó jugar entre los mayas Kekchi en su antología sobre juegos indígenas de 1907.
El Bul es un juego de estrategia en el que dos jugadores intentan capturar las fichas del oponente o alcanzar una posición designada en el tablero.
Se juega en un tablero que puede ser de madera o de mazorcas de maíz.
Cada jugador tiene cinco fichas de un color: por ejemplo, amarillas y rojas; para determinar las jugadas, se utilizaban cuatro granos de maíz como dados.
Los jugadores tiraban los dados y el número de puntos obtenidos indicaba cuántos espacios podían mover una ficha.
Si una ficha quedaba en la misma casilla que una ficha del oponente, se capturaba y la colocaban encima, apilándolas.
El objetivo era capturar todas las fichas del oponente o llevarlas fuera del tablero.
El puluc no solo es un juego entretenido, sino que también ofrece una visión de la cultura maya y su enfoque en el juego y la competencia.
El nombre de Bul aparece en varias lenguas maya y siempre significa “dado”. A veces, por extensión, significa “perder apostando”.
Como ves, el desarrollo del juego, incluso los relacionados a circunstancias imprevisibles o juegos de azar, ha sido paralelo al de la civilización. Es una actividad que ha acompañado al hombre a través de prácticamente toda su existencia; sin embargo, se ha afianzado como actividad lucrativa e industria.