CULTURA YUCATECA

Esta es la razón por la que los mayas construyeron pirámides junto a cenotes en Yucatán

Los cenotes fueron mucho más que fuentes de agua para la civilización maya: fueron centros sagrados y estratégicos

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La presencia de pirámides mayas junto a cenotes no es una coincidencia arquitectónica.Créditos: Especial

En el corazón de la península de Yucatán, donde el suelo kárstico oculta los cuerpos de agua bajo tierra, los antiguos mayas desarrollaron un sistema de asentamientos estrechamente ligado a la geografía del entorno. Una de las manifestaciones más claras de esta conexión es la construcción de pirámides y centros ceremoniales junto a cenotes, esas cavidades naturales que hoy fascinan tanto a visitantes como a arqueólogos.

La presencia de pirámides mayas junto a cenotes no es una coincidencia arquitectónica. Ejemplos como el famoso Cenote Sagrado de Chichén Itzá, ubicado a escasos 300 metros de El Castillo, evidencian cómo estos elementos naturales fueron considerados estratégicos y espirituales a la vez. En tiempos donde no existían ríos superficiales, los cenotes eran fuentes vitales de agua dulce, pero también portales sagrados hacia el inframundo maya, el Xibalbá.

Con esta dualidad, funcional y ritual, los cenotes definieron el trazado de las antiguas ciudades mayas. Su valor espiritual, combinado con su utilidad como fuente de abastecimiento, los convirtió en núcleos esenciales alrededor de los cuales florecieron templos, altares y edificaciones monumentales.

Los cenotes: centros vitales para la vida y la espiritualidad maya

En la península de Yucatán, la escasez de ríos obligó a los antiguos mayas a adaptarse al entorno subterráneo. Los cenotes representaban la única fuente accesible de agua dulce, lo que les otorgó un papel central en la planificación urbana de las ciudades prehispánicas. Por ello, muchas pirámides, plazas y estructuras administrativas se construyeron cerca de estos cuerpos de agua.

Además de proveer agua a la población, los cenotes también sirvieron como espacios de encuentro, comercio y delimitación territorial. Su ubicación determinaba las rutas de comunicación y, en algunos casos, eran considerados puntos estratégicos para el control político de una región. El acceso al agua era símbolo de poder, por lo que los gobernantes construían sus centros de gobierno en torno a ellos.

Lugares de sacrificio, ofrendas y conexión con los dioses

Más allá de su utilidad práctica, los cenotes también eran espacios de profundo simbolismo religioso. Para los mayas, representaban portales al inframundo y eran escenario de importantes rituales. Muchos de ellos fueron utilizados para realizar ofrendas a los dioses, que incluían desde objetos preciosos hasta sacrificios humanos.

Pruebas arqueológicas halladas en cenotes como el de Chichén Itzá confirman esta dimensión espiritual: se han encontrado restos óseos, joyas de jade, cerámica ritual y otros artefactos que evidencian su uso ceremonial. Así, la cercanía de las pirámides a estos cuerpos de agua refleja una cosmovisión que integraba lo natural con lo sagrado, y en la cual el agua era el eje central de la vida, la muerte y el poder.

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