Es 11 de febrero y es el Día Internacional de las Mujeres y las Niñas en la Ciencia; un día para reconocer la aportación de las mujeres al desarrollo científico y para conminar a las autoridades educativas y a la sociedad, en general, a impulsar más y mejores estrategias para que las niñas puedan optar por dedicarse a la ciencia sin obstáculos.
En el mundo, 33.3 por ciento de la investigación es realizada por mujeres (ONU, 2023). En México, el porcentaje de investigadoras es similar, aunque la incursión de los espacios educativos va en aumento. Desde el nivel básico hasta el medio superior, prácticamente se ha conseguido la paridad. No obstante, los porcentajes comienzan a cambiar cuando se trata de la educación superior y posgrados, Aún más cuando se ven los datos de las licenciaturas STEM (Ciencia, Tecnología e Ingenierías y Matemáticas, STEM por sus siglas en inglés), en los cuales la brecha se hace más amplia y se inclina a los varones.
Respecto a las mujeres que hablan alguna lengua originaria menos de 1 por ciento obtiene un título de doctorado.
El sistema estatal de Investigadores en Yucatán tiene el registro de 774 profesionales: 320 son mujeres (REI, 2024) y únicamente 277 mujeres forman parte de la comunidad científica que pertenece al Sistema Nacional de Investigadores (SNI), 52 por ciento se concentra en el nivel I, y 2.6 por ciento alcanzó el nivel III (Carrillo y Flores, 2023). Respecto a las carreras STEM, 22 por ciento son mujeres en todas las universidades del estado (SIIES, 2024).
El programa Inspira más celebra el Día de la Mujer y la Niña en la Ciencia; genera publicaciones; fortalece competencias en TICS; impulsa el aumento de matrícula de mujeres STEM y Estemos juntas. Recientemente, publicaron el libro Historias que Inspiran Más, Mujeres con ciencia en colaboración con la Secretaría de la Cultura y las Artes, son 30 historias de científicas en Yucatán, pensando en un público infantil, replicando el formato de otros textos semejantes disponibles en las librerías de la ciudad de Mérida.
En tanto, la Coordinación para la Igualdad de Género en la UNAM planeó el programa “Revolucionar la ciencia desde el feminismo”.
En la ENES-Mérida se contribuye activamente con el Programa de vocaciones científicas de niñas en Yucatán en conjunto con la SEGEY para inspirar a más niñas del Estado a dedicarse a la ciencia.
Sus aportaciones se verán con nuevos cuestionamientos y hallazgos como la interacción de las faunas silvestre y doméstica en Ucú; la utilización de textiles como sustrato para hortalizas, los pigmentos y la salud de los alevines de pargo, entre otros, que se presentaron en la última feria de niñas científicas en la ENES-Mérida.
Hoy por hoy, sos científicas destacan en este ámbito: Jessica Jesús Arcudia Muñoz y Mareny Fernández Olaya, quienes han llevado su talento a nivel internacional.
Originaria de Mérida, Yucatán, Jessica Arcudia Muñoz, de 31 años, realiza un posdoctorado en la Universidad de Texas en Dallas. Tras formarse en la UADY y obtener su doctorado en el Cinvestav Mérida, se especializó en física computacional y materiales bidimensionales. Su mayor aporte es el desarrollo del lenguaje JAM (Joining and Arrangement of Multilayers), que permite representar materiales con una “huella digital”, facilitando el análisis masivo de datos en la ciencia de materiales y la inteligencia artificial.
De Ciudad del Carmen, Campeche, Mareny Fernández Olaya, de 33 años, ha forjado una carrera en fisicoquímica y ciencia de materiales. Su camino inició en la UADY, donde estudió Ingeniería Física, y continuó en el Cinvestav Mérida, donde obtuvo su doctorado. Actualmente, realiza un posdoctorado en Montreal, Canadá, investigando las propiedades térmicas de los polímeros y su resistencia a la radiación y el calor.
Apasionada por los fenómenos invisibles a simple vista, como el efecto fotoeléctrico, clave en la tecnología de paneles solares, Mareny ha superado desafíos personales y profesionales, incluyendo las dificultades de un campo dominado por hombres. Su mensaje para las futuras científicas es claro: “La ciencia necesita su creatividad, curiosidad y talento”.
Jessica y Mareny representan el talento del sureste mexicano en la ciencia global. Con su perseverancia y compromiso, demuestran que las mujeres tienen un papel fundamental en la innovación y el desarrollo tecnológico.
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