IGLESIA CATÓLICA

El Papa Francisco y su legado con los pueblos indígenas de Yucatán y el sur de México

Sus mensajes reforzaron la lucha por la autonomía territorial, el respeto por las culturas originarias y la protección de la naturaleza como parte de un todo sagrado

NACIONAL

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El Papa Francisco no solo dejó un mensaje, dejó un camino. Y ese camino sigue vivo en cada comunidad Créditos: Especial

El legado del Papa Francisco con las comunidades indígenas de México, y particularmente con los pueblos originarios del sureste, sigue vigente y cobra especial relevancia tras su reciente fallecimiento. Su visita pastoral en 2016 no fue una más: fue un gesto profundamente simbólico y lleno de compromiso con la justicia social, los derechos humanos y la dignidad de los pueblos originarios, entre ellos los mayas de Yucatán, que comparten fuertes lazos culturales con las comunidades de Chiapas.

Durante su emotiva misa en San Cristóbal de Las Casas, el 15 de febrero de 2016, el Papa Francisco no solo utilizó lenguas indígenas y símbolos tradicionales, sino que también transmitió un mensaje de esperanza y reconocimiento. Valoró la conexión espiritual y ecológica de estos pueblos con la tierra, al verla no como un recurso económico, sino como un bien sagrado que alimenta, cobija y enseña.

En sus palabras, los pueblos indígenas ofrecían una sabiduría vital para enfrentar los retos del mundo moderno, en especial la crisis ambiental. Además, el Papa señaló con firmeza las injusticias históricas que estas comunidades han sufrido, como el despojo de sus territorios, la discriminación y el olvido institucional, e hizo un llamado al perdón y la reconciliación.

Papa Francisco siempre veló por los derechos de los pueblos originarios

Uno de los momentos más potentes de esa jornada fue su visita a la tumba del obispo Samuel Ruiz, defensor de los derechos de los pueblos originarios, lo que reforzó su mensaje de cercanía con los más vulnerables. La ceremonia, en la que se emplearon sahumerios indígenas en lugar del tradicional incensario, se convirtió en un acto de respeto intercultural y de inclusión espiritual. El Papa Francisco no solo habló de justicia, la practicó en gestos, símbolos y acciones concretas.

A largo plazo, su visita sembró un precedente que hoy sigue inspirando a líderes religiosos, comunidades y defensores de derechos indígenas. Sus mensajes reforzaron la lucha por la autonomía territorial, el respeto por las culturas originarias y la protección de la naturaleza como parte de un todo sagrado.

El Papa Francisco seguirá vivo en su lucha por ls inclusión

También motivaron a muchas parroquias del sur de México, incluyendo las de Yucatán, a involucrarse más activamente en proyectos comunitarios y en la defensa de los derechos de los pueblos indígenas, especialmente en tiempos en que estos enfrentan nuevas amenazas ambientales y sociales.

El Papa Francisco no solo dejó un mensaje, dejó un camino. Y ese camino sigue vivo en cada comunidad que trabaja por la inclusión, la justicia y el respeto mutuo. Su voz, en favor de los más excluidos, resuena aún en la selva chiapaneca, en los pueblos mayas de Yucatán y en cada rincón del país donde la fe se encuentra con la dignidad.

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